El fútbol atraviesa un momento en el que, día tras día, se aleja de la esencia de un deporte que atrajo a millones de personas hace ya muchos años: el juego de la pelota. La globalización y la competitividad existentes en la actualidad lo acercan cada vez más al mundo de los negocios y para sobrevivir, todos los clubes, sea cual sea, gastan millones para conformar plantillas que les lleven a cumplir sus objetivos. La gran mayoría de clubes, cuando salen al mercado, contemplan la inmensidad del mundo para captar a los mejores jugadores. En cambio, unos pocos deciden por sí mismos limitarse a fichar jugadores de solo ciertos lugares.
El Athletic Club, fundado en 1898, es uno de los tres equipos de toda La Liga Española que nunca ha bajado a Segunda División. 8 Ligas, 24 Copas del Rey y 3 Supercopas de España conforman un palmarés que alza al club a la parte más alta de la clasificación de títulos, no solo de España, sino de toda Europa. Son muchos los textos, libros, entrevistas, reportajes que tratan de ampliar y explicar la filosofía del Athletic. Sin embargo, son pocos los que tratan de ir más allá buscando la conexión que lleva a que el club vasco sea uno de los más queridos y apreciados, no solo en su tierra, sino en cualquier parte de España e, incluso, fuera de nuestras fronteras. Una conexión resumida en la paradoja que supone que lo que une a la gente de fuera es que solo se juegue con la gente de dentro. Una paradoja que tratarán de explicar sus propios protagonistas y a los que podéis conocer un poco mejor antes de comenzar en la siguiente infografía.
La raíz de una pasión
Fuente: foto cedida por Simone | (A la izquierda) Simone sujetando una bufanda de la peña Leones Italianos durante una visita a San Mamés
Toda historia tiene un comienzo y para conocer la del Athletic Club hay que viajar 124 años atrás hasta 1898. Eso sí, de manera oficial, porque como descubriremos a continuación, el origen de lo que se oficializó en 1898 con su fundación y en 1901 con la primera Asamblea General hay que ponerlo entre comillas. Diversos y numerosos son los vínculos que llegan hasta el origen real de lo que posteriormente terminó convirtiéndose en el Athletic Club.
Un club de procedencia británica que, como el football, llegó a tierras vascas a través de la emergente industria minera y naval y que, pese a sus gérmenes extranjeros, decidió en 1911 prescindir de gente de fuera de sus fronteras para competir con orgullo con personas nacidas y formadas en Euskal Herria.
Un club con una filosofía única en el mundo que durante más de 111 años han cumplido todos y cada uno de los jugadores y jugadoras que han formado parte de la entidad. Una filosofía que en ocasiones lleva a discusión entre sus aficionados, pero que comparten y sienten con orgullo cada vez que visten la zamarra rojiblanca.
Un club que con su especial filosofía de vida lleva jugando cada semana en una de las ligas más competitivas del mundo durante ya más de 91 temporadas. Un gran espacio de tiempo en el que el club ha tenido que reinventarse y mejorar para poder seguir compitiendo de tú a tú a su manera, y que, en la actualidad, trabaja sin descanso para que lo que para muchos es un sueño, siga siéndolo.
Un club diferente, que va más allá de lo deportivo, con unos valores propios capaces de atraer a sus plantillas a todo aquel nacido o formado en el País Vasco y que traslada, como veremos, a millones y millones de personas en España y en todo el mundo.
El punto de partida
Probablemente, un equipo como el Athletic tan solo podía salir del País Vasco, de un pueblo tan único y orgulloso
Simone Bertelegni
1898, un año marcado en oro en la historia del Athletic. El año en el que se fundó el club, aunque hubo que esperar hasta 1901 para que con la primera Asamblea General, se oficializara como institución. Pero vayamos por partes. Primero hay que poner en contexto la llegada del fútbol a Euskadi y Bilbao para posteriormente poder conocer los primeros equipos que surgieron y que dieron lugar, años más tarde, a la creación del club.
De manera oficial, y tal y como aparece en la web del Athletic, el football llegó a Bilbao a través de la Ría con motivo del incesante aumento de la industria minera y naval. Trabajadores británicos llegados hasta la industria bilbaína y jóvenes vascos de familias pudientes que viajaron hasta las islas a estudiar fueron los encargados de sembrar la semilla del deporte rey.
Siguiendo con la teoría oficial, desde principios de la década de los 90, en Bilbao comenzaron a disputarse partidos entre trabajadores británicos y obreros vascos y no fue hasta 1894 cuando apareció la Sociedad Gimnástica de Zamacois, origen del Athletic Club fundado en 1898.
Sin embargo, a esta historia, que hasta ahora se mantiene como la oficial, le han aparecido algunos críticos, no para cuestionarla, ni mucho menos, sino para corregirla y ajustarla algo más a la realidad. Con motivo del gran interés por conocer los inicios reales del fútbol en España y gracias al hallazgo de distintos documentos periodísticos que hablan de partidos de fútbol años antes de la aparición del equipo de Zamacois, varias investigaciones se atreven a afirmar que esta historia oficial podría no ser el origen real del Athletic.
Hasta 2019 se creía que en 1891 y 1892 surgieron los dos primeros clubes de fútbol en Bilbao. Primero, en la margen izquierda de la Ría, y en lo que en la época se conocía como Valle de Somorrostro, nació el Club Atleta de los Astilleros de Nervión y, en la margen derecha, en 1892 apareció el Bilbao Football Club. Dos clubes que posiblemente motivaron la aparición en 1894 de la Sociedad Gimnástica de Zamacois.
Sin embargo, en 2019, el Sevilla F.C., con motivo de su interés por conocer el origen del fútbol en España, entregó al Athletic un documento en el que aparece una crónica del periódico británico Glasgow Evening Post, con fecha del 3 de mayo de 1890. Esta habla sobre un partido disputado entre trabajadores de los Astilleros de Nervión y, tal y como se puede leer en la foto situada junto a este texto, se indica que, además de los obreros británicos que había en la plantilla, ya existían jugadores de fútbol y cricket entre el personal de la empresa, hecho que impulsó la creación del Athletic Club o Club Atleta antes de lo que se creía.
De esta manera, ese mismo 3 de mayo, o unos días antes, empleados británicos y el Club Atleta disputaron el partido al que hace referencia la crónica. No obstante, esta no se queda ahí e indica unos datos clave para remover la historia oficial del Athletic y por los cuáles guarda verdadero interés este documento. Además de hablar del partido, el periodista encargado de escribirla indicó que el Club A
Crónica del Glasgow Evening Post publicada en 1890. | Fuente: deia
Atleta ya había jugado otros partidos con anterioridad en ese mismo campo, el del Hipódromo de Lamiako, lugar en el que años más tarde también jugaría los primeros partidos el Athletic Club. Este dato supone que, tal y como dice el cronista, el Club Atleta fue el primer equipo español en jugar un partido de fútbol, meses antes, incluso, que el que disputaron Sevilla y Recreativo de Huelva en marzo de 1890.
Ante este hallazgo, Carlos Romero, el propio investigador del Sevilla F.C., llegaba a afirmar que los orígenes del Athletic se remontan hasta este Club Atleta. Hipótesis a la que se sumó el escritor e investigador Josu Turuzeta que, en su libro El Athletic Club: Origen de una leyenda o cuando el león era aún cachorro, afirmó que la fundación del Athletic Club “no fue una fundación exnovo, sino una reconstitución de una realidad ya existente”. Una realidad en la que el Club Atleta, o en inglés, Athletic Club, fue el cimiento que dio lugar a que, en un momento en el que los Astilleros de Nervión habían cerrado, pero la afición por el fútbol seguía creciendo, se decidiera en 1898 reconstituir el equipo y pasar a denominarlo definitivamente como Athletic Club. Instante a partir del cual, en 1901, se llevó a cabo la primera Asamblea General con los primeros Estatutos y con 33 socios fundadores, gran parte de ellos, por cierto, jugadores de la primera plantilla.
Así, la historia del Athletic Club, que hasta ahora marca como inicio el año 1898, quizás en no mucho tiempo deba ser reescrita con la rigurosidad que se le espera a un club único como es el bilbaíno y que, como veremos a continuación, ha sabido marcar una filosofía, propia de la época en la que surgió, pero insólita en el fútbol moderno que vivimos actualmente.
Un año más tarde, tras la puesta en marcha del Athletic de manera oficial, el equipo estrenó por primera vez su camiseta blanquiazul, mitad blanca, mitad azul, y dio a conocer el primer escudo del club, caracterizado también por esos colores. Una indumentaria de la que no se conoce claramente su origen, pero que hace honor a los colores del Blackburn Rovers inglés y que empezó a utilizarse cuando Juan Moser, socio y jugador del Athletic con antepasados irlandeses, regaló al club un lote de estas camisetas para poder disputar los partidos, sustituyendo a la blanca que
hasta entonces había vestido el equipo vasco.
Ese mismo año, en 1902, se disputó por primera vez en España la Copa Coronación Alfonso XIII, la copa que, como todo en ese fútbol de la época, fue precursora de la actual Copa del Rey y que se celebró por primera vez al año siguiente. En esta novedosa competición participaron unidos el Athletic Club y el Bilbao Football Club bajo el nombre común de Vizcaya y, tras proclamarse campeones frente al F.C. Barcelona, decidieron fusionarse, integrándose el Bilbao
F.C. en el Athletic Club. Hecho que volvió a repetirse en 1907 cuando el The Union Football Club también pasó a formar parte del Athletic.
Tres años más tarde, tras los primeros triunfos, la historia del Athletic cambió para siempre, aunque l
Tres años más tarde, tras los primeros triunfos, la historia del Athletic cambió para __ lo sucedido no entrañó una gran alarma entre los seguidores del equipo. Qué mejor manera que darlo a conocer a través de una de las grandes voces de la radio española, Nieves Concostrina en su espacio Acontece que no es poco para el programa La Ventana de la Cadena Ser.
U
Unos colores rojiblancos que se han mantenido hasta la actualidad, variando, tan solo, y por temas de diseño, el número de rayas verticales, su anchura o el tipo de cuello. Unos colores que desde 1910, no solo para Bilbao, son muestra de orgullo para cualquier athleticzale y que sirven de vínculo para cualquiera que sienta la pasión por este gran club.
Imagen de la primera camiseta rojiblanca del Athletic coloreada por el AC Museoa. | Fuente: La Vanguardia
Una ciudad cosmopolita gracias a la industria creciente en la los primeros años también influyó en la construcción de las plantillas del Athletic y es que, una vez más, en la crónica podemos leer que estos primeros equipos estaban conformados por jugadores locales, pero también por extranjeros. De hecho, cabe destacar que, Juan Moser, jugador del Athletic e impulsor de la llegada de los colores blanquiazules, fue uno de los tantos jugadores británicos que pasaron por el equipo durante sus primeros años de historia.
Sin embargo, fruto de ese orgullo por la gente de la tierra, en 1911 se produjo el último gran cambio y que, como el de los colores rojiblancos, se ha mantenido hasta nuestros días. Ese año, el Athletic tomó la drástica decisión de limitarse a jugar con futbolistas vascos. Una decisión que en ese momento no podían imaginar lo que supondría en el futuro y que marcó el inicio de una filosofía única en el mundo. Así nos lo explicaba el
actual vicepresidente Mikel Martínez, “es verdad que en un origen es bastante lógico y coherente. Todo el mundo se surte de jugadores de su entorno porque tampoco el nivel competitivo, ni siquiera la Liga y el fútbol están planteados como hoy”.
No obstante, pese a esa limitación, el hecho de que la mayoría de los clubes también basaran sus plantillas en jugadores locales supuso que desde 1902, año en el que tuvo lugar la primera competición nacional, el Athletic fuese un claro dominador del fútbol estatal, consiguiendo en los primeros 20 años del balompié en España hasta 12 Copas del Rey, más la única edición de la Copa Coronación Alfonso XIII. Unos datos
Gracias en buena parte al trabajo realizado por el departamento del Athletic Club Museoa, se han ido descubriendo poco a poco los inicios de un club con orígenes obreros. Unos orígenes que, como también se indica en la crónica del Glasgow Evening Post, están muy ligados al fútbol británico que llegó directo al corazón de Bilbao, impregnando la pasión por este deporte.
Una ciudad cosmopolita gracias a la industria creciente en la zona y que en
Cartel promocional de un partido del Athletic, obsequio del club a la peña de Almuñécar. | Fuente: realización propia.
que demostraron el gran nivel futbolístico desempeñado por los jugadores vascos de la época.
Desde ese momento, la entidad bilbaína ha impulsado, por la cuenta que le trae, el fútbol vasco y ha ido adaptándose a cada uno de los cambios y/o evoluciones que se iban produciendo en la sociedad vasca. Una situación sobre la cuál reflexionaba Simone:
Una sociedad vasca también única en el mundo, no solo por su idioma, el euskera. Una sociedad en la que valores como el trabajo, el esfuerzo o la lucha forman parte del día a día de sus ciudadanos desde hace cientos de años y que, con la llegada del fútbol a Bilbao, se trasladaron a un equipo único que con el paso de los años no ha hecho más que demostrar que es un club fiel a sus orígenes. Unos valores fundamentales que han tomado como suyos cada uno de los jugadores que han ido pasando por las distintas plantillas que han conformado el club durante todo este tiempo.
el athletic desde dentro
Desde que en 1911 el Athletic tomara la decisión de prescindir, no solo de jugadores extranjeros, sino de cualquiera que no haya nacido o no se haya formado en Euskal Herria, muchos han sido los que con orgullo y responsabilidad han vestido los colores rojiblancos. Unos colores que no solo representan a un equipo, sino que sobre ellos recae el peso de unos valores, el peso de toda una sociedad y el peso de todos y cada uno de los aficionados y aficionadas que se sienten
Para conocer lo que significa representar
Tú empiezas una carrera y hasta que no pasas primero, no vas a segundo. Pues en el fútbol es igual, es todo un ir mejorando y mejorando
Javier Clemente
Para conocer lo que significa representar al Athletic, qué mejor manera de hacerlo que a través de las palabras de tres personajes que fueron clave para la consecución de los últimos grandes títulos del equipo masculino. Es el momento de conocer las historias de Javier Clemente, Daniel Ruiz Bazán y Andoni Goikoetxea. Tres mitos de la institución que demostraron a la perfección lo que supone llevar el escudo del Athletic bordado en el pecho.
Con la llegada de las décadas de los 50 y los 60, el Athletic continuó mostrándose fuerte en las competiciones nacionales. Sin embargo, a España comenzaron a llegar los primeros jugadores extranjeros. Hecho que incentivó y motivó al club a seguir apostando por su cantera y a mantener buenas relaciones, a base de convenios, con diversos clubes de la zona.
sienten identificados cuando ven el rojo y el blanco unidos en una misma camiseta.
“Antaño”, nos decía Javi Clemente, “todos los críos llevábamos camisetas del Athletic. Sin embargo, en el Athletic no podíamos jugar todos. Así que primero, indudablemente, yo fui del equipo de mi pueblo, del Barakaldo”. Así nos explicaba Javier Clemente cómo gracias a este trabajo de clubes convenidos pudo llegar al Athletic:
“Antaño”, nos decía Javi Clemente, “todos los críos llevábamos camisetas del Athletic. en el Athletic no podíamos jugar todos. Así que primero, indudablemente, yo fui del equipo de mi pueblo, del Barakaldo”. Así nos explicaba Javier Clemente cómo gracias a este trabajo de clubes convenidos pudo llegar al Athletic:
A
A quince kilómetros de Bilbao, en Sodupe vivía un joven Dani que nos reconocía que él de pequeño no era del Athletic, “en aquella época, no teníamos los medios que se tienen ahora. Mi padre no tenía cómo llevarme a Bilbao y el precio de las entradas para ver al Athletic no estaba al alcance de una familia humilde como la mía”. Sin embargo, Dani, al igual que Goiko, disfrutaba con sus amigos jugando a la pelota en el frontón de su pueblo. Así lo recordaba con nosotros:
Unos inicios repletos de casualidades que propiciaron la llegada de Dani al Athletic. Por aquel entonces, Dani no formaba parte de ningún equipo, tan solo se divertía por las tardes jugando con cuatro piedras y un balón. Hasta que “una mañana de domingo” nos contaba Dani, “fui a ver al juvenil del Sodupe y el entrenador al entrar en la caseta vio que le faltaban dos jugadores para completar el once inicial”. El entrenador, que también era del pueblo, ya le había echado un ojo al joven de Dani y cuando se encontró ante tal tesitura, no dudó y dijo “Dani y Luis Mari, entrad para adentro”. Un instante que cambió la historia de Dani y que como recordaba, “me entró un temblor en las piernas, pero en seguida me tuve que poner la equipación para salir al campo”. Una carrera que comenzó en el Sodupe, pero que fruto de otra casualidad llegó al Athletic cuando apenas tenía 16 años.
“Un directivo del Sodupe que tenía negocios en Zaragoza publicó una noticia falsa en el Diario Hierro de Bilbao diciendo que el Zaragoza estaba interesado en mí” contaba Dani. Una noticia falsa que hizo que el Athletic “que lógicamente siempre está atento a la captación del talento vasco, rápidamente llamaron a mi padre y me ficharon cuando yo tenía 16 años".
C
Casi a la par que Dani, Goikoetxea arrancaba su trayectoria como futbolista en el equipo de su pueblo, en el Arbuyo de Alonsotegui. En edad de infantiles, sin aún vislumbrar un futuro como jugador profesional, recordaba con total naturalidad que tuvo la oportunidad de jugar su primer partido en San Mamés con motivo de la final de infantiles. Unos inicios en el mundo del fútbol que, como él bien nos decía, muy poca gente conoce, y es que Goiko comenzó jugando de 10, en una posición algo más retrasada a la del delantero, pero con un gran carácter ofensivo, cualidad que años después demostró al
(En el centro) Andoni Goikoetxea durante la inauguración en Alonsotegui de un monolito en su honor. | Fuente: deia
distinguirse como defensa del Athletic con más goles (44) en toda su historia. “No sé si son muchos o pocos” confesaba con una sonrisa en la cara, “pero a mí me parecen una barbaridad” terminaba diciendo entre risas.
Sin embargo, si ya esta posición resulta curiosa para un jugador conocido por su gran trayectoria como defensa, su llegada al Athletic no lo fue menos. Desde el Arbuyo, Andoni y Jon, los dos hermanos Goikoetxea que jugaban en el equipo de su pueblo, se desplazaron hasta la capital de España. Así nos contaba la curiosa anécdota que le llevó a fichar por el Athletic con tan solo 15 años:
Con sus fichajes por el Athletic, a nuestros tres protagonistas se les abría la posibilidad de cumplir el sueño de cualquier niña o niño vasco, llegar al primer equipo y vestir la camiseta rojiblanca. Sin embargo, para ninguno de los que, como ellos, terminaron llegando, el camino fue fácil. “Mucho entrenamiento, mucha mejora, mucho cuidarse y mucho aprender” fueron las claves para que, en palabras de Javier Clemente, pudiese llegar a debutar con el Athletic a los 18 años. Goikoetxea, por su parte, nos confesaba que cuando llegó al vestuario y vio a los que hasta entonces habían sido sus ídolos, “a mí nadie me preguntaba, yo escuchaba, asentía y ya cuando salía al campo daba todo lo que tenía”.
Para jugar en el Athletic había y hay que tener unas características muy concretas, ya no solo por el hecho de cumplir con las condiciones naturales de haber nacido o haberte formado en Euskadi. Unas características que nuestros tres protagonistas cumplieron durante toda su etapa deportiva y que sin ellas, confesaban los tres, no habrían sido capaces de llegar al primer equipo. “Cualidades como el esfuerzo, la garra, la fuerza, el trabajo en equipo o el nunca creerse mejor que nadie” enumeraba Dani desde el estadio en el que “la afición del Athletic entendió que yo me he partido, la pierna, que me la partí, y muchas cosas me he partido” comentaba Dani y que con una broma confesaba “así estoy ahora, que no tengo un tornillo sano".
Unos atributos que para Dani estuvieron muy presentes durante toda su trayectoria y que reconocía que hasta cuando parecía haberlo demostrado todo, sus ganas de mejorar le hicieron incluso temer por su puesto en el once inicial.
Como jugador, a Clemente las lesiones no le permitieron demostrar durante mucho tiempo unas cualidades que siempre mantuvo, pero que en su trayectoria ya como entrenador sí que supo inculcar a sus pupilos. Tras su retirada deportiva en el 75, seis años después regresó a los vestuarios de La Catedral, allí le esperaban, entre otros, Dani y Goiko. Un primer equipo que entre plantilla y cuerpo técnico fue capaz de volver a situar al Athletic en el lugar al que pertenece. Tras 27 años sin levantar el título de Liga, el Athletic se proclamó campeón en la temporada 82-83, revalidando el título en la siguiente temporada y añadiendo a esta la consecución de la vigésimo cuarta Copa del Rey. Dos años y medio mágicos que no solo quedaron marcados a fuego en la historia del Athletic, sino que marcaron un antes y un después, tanto para jugadores, como para afición.
Salvo por el subcampeonato en la 69-70, el club no había sido capaz de pelear ningún Campeonato de Liga hasta la 82-83. Por esa razón, jugadores y cuerpo técnico iniciaban un nuevo año con las mismas ilusiones que los anteriores, pero sin el pensamiento, incluso llegada la mitad de temporada, de ser capaces de proclamarse campeones.
Real Sociedad, vigente campeón
Real Sociedad, vigente campeón, Real Madrid y F.C. Barcelona, siempre temibles, eran a priori los principales aspirantes al título. “Dentro del vestuario”, contaba Dani, “nunca nadie de la plantilla, ni Javi Clemente el entrenador, ni nadie habló nunca de que tuviéramos posibilidades en la Liga”. Para el Athletic, recordaba Dani, “la temporada fue una temporada de superación, de ir pensando en partido a partido. Ganábamos un partido, nos poníamos el 15, ganábamos otro, nos poníamos el 7”. Una actitud ejemplar por parte de todo el equipo que, llegado el final de la temporada, sirvió para que Real Madrid y Athletic, en primer y segundo lugar respectivamente, se jugaran el título en la última jornada.
Dos puntos separaban a los que, tras una larga temporada, se habían ganado el derecho a estar en la lucha por el título. Entre la plantilla, nos contaba Goiko, tenían claro que ellos se iban a dejar todo en el campo, “pero no dependíamos de nosotros”. Una última jornada de infarto que recordaba Goiko en la que una vez más comprobaron en primera persona que en el fútbol todo
Portada del diario AS al día siguiente de que el Athletic se proclamase Campeón de Liga por séptima vez. | Fuente: cedida por Jorge Noguera.
puede pasar, “en Las Palmas nadie pensaba que podíamos ganar porque el Real Madrid iba a Valencia y con el empate les valía para ser campeones. De hecho, toda la prensa mediática estaba en Valencia, en Las Palmas estábamos realmente muy pocos”. Sin embargo, empezando a esbozar una sonrisa, afirmaba, “bueno, pues ganamos 1-5. El Valencia ganó 1-0 y automáticamente allí fuimos campeones”. 1 de mayo de 1983, ¡Alirón, Alirón, el Athletic es Campeón!
La consecución de esa Liga fue un ejemplo más de los valores del Athletic. Unos valores que les hicieron seguir peleando, les hicieron superarse para que, cuando nadie les esperaba, terminaran sorprendiendo. Dos títulos de Liga y dos finales de Copa, proclamándose campeones en una de ellas, dieron lugar a la celebración más icónica del fútbol español.
De la misma manera que la semilla del deporte rey llegó a través de la Ría a Bilbao, casi cien años después, el fruto de esa semilla, el Athletic, surcó sus aguas hasta el centro de la ciudad que lo vio nacer. Una Ría y dos ideas que un día se juntaron e inundaron de pasión a los miles y miles de aficionados que a sus márgenes se agolparon.
Tras unos años mágicos, Clemente se marcha del Athletic, aunque volvió hasta en dos ocasiones al banquillo de San Mamés y cómo nos decía al final de la entrevista, “volveré el día que me necesiten”. Dani, por su parte, aunque le costó llegar al primer equipo, tras dos cesiones consecutivas en el Barakaldo de Segunda División, siendo, incluso, máximo goleador en su primera temporada, dejó el fútbol a los 35 años después de 13 temporadas en el club de su vida, en el club que, como él mismo nos decía, le ha dado todo, tanto en lo profesional, como en lo personal. Y finalmente, Andoni Goikoetxea abandonó el Athletic un año después. En el 87, Goiko puso rumbo al Atlético de Madrid dejando atrás 12 magníficas temporadas en un club que le formó como persona y que, con el anuncio de su retirada, le cedió San Mamés para que disfrutara una última vez en el campo que tantas alegrías le había dado..
Andoni Goikoetxea tras la entrevista realizada para este reportaje. | Fuente: realización propia.
Andoni, Javier y Daniel. Goikoetxea, Clemente y Ruiz Bazán. Tres leyendas vivas que fueron, son y serán ejemplo de todo lo que el Athletic representa. Tres jóvenes que llegaron al club de sus amores con la ilusión de vestir la camiseta rojiblanca y que dejaron el fútbol (y la zona técnica) después de haberlo dado todo por el club que, como a sus aficionados, también les dio todo. Eskerrik Asko!
Javier Clemente durante una entrevista. | Fuente: Diario de Sevilla
Dani Ruiz Bazán tras la entrevista realizada para este reportaje. | Fuente: realización propia.
Un oasis de orgullo
Desde que en las décadas de los 50 y los 60 comenzase el viaje de jugadores entre países, el fútbol, tal y como se conocía, empezó a cambiar. Sin embargo, todavía no eran muchos los que decidían embarcarse en ese viaje y, de hecho, el fútbol español aún se mostraba reticente a la entrada de futbolistas de más allá de sus fronteras. En la última etapa de la Dictadura, Liga y Federación prohibieron la entrada de jugadores extranjeros, siendo la Liga la primera en eliminar esa restricción para que, en el o
Somos el equipo más amateur en la liga profesional
Gaizka Atxa
77, fuese la Federación la que también aboliese la norma. Ese hecho permitió que el Athletic, por su especial filosofía de vida, se volviera a emparejar con el resto de sus rivales nacionales, brindándole la posibilidad de disputar hasta 5 finales de Copa, alzándose campeón en dos de ellas, y ser subcampeón de la Liga en la 69-70. Pese a ello, su posición entre los grandes de España comenzaba a estar amenazada.
Tras estas primeras decisiones, vinieron muchas otras. La globalización, como en todos los aspectos, empezó a aparecer en el fútbol y sus protagonistas, los jugadores y jugadoras, comenzaron a pedir los mismos derechos que los que tenían el resto de trabajadores. De esta manera, 1995 pasó a convertirse en el año que cambió el fútbol para siempre.
A raíz de que el jugador belga, Jean-Marc Bosman, solicitase y se le concediese el permiso para poder desplazarse y llevar a cabo su profesión por todo el territorio comunitario europeo, miles y miles de jugadores viajan de un equipo a otro con total libertad. Un caso Bosman, insólito en el mundo del fútbol, que marcó un antes y un después en la historia de este deporte.
Desde entonces, a esta globalización se le han ido sumando multitud de cambios hasta llegar al actual fútbol moderno caracterizado por la competitividad y los negocios. Una concepción completamente opuesta a la que tuvo este gran deporte allá por el siglo XIX. Un deporte que en sus inicios, aunque dirigido por los grandes burgueses británicos, lo protagonizaron durante muchos años los obreros, la gente del pueblo, jugadores amateurs que se reunían en cualquier campa para jugar a un juego que, por suerte, sí se ha mantenido hasta hoy en escuelas y patios de colegio, el simple juego de la pelota del que ya nos hablaban Dani y Goiko.
Si para el Athletic ya era complicado enfrentarse a rivales que podían formar plantillas con los mejores jugadores de entre todos los españoles, la llegada de esta nueva normalidad lo colocó, si esto era posible, en una posición aún más única en el mundo. De entre poco más de tres millones de personas, el Athletic elige cada partido a once aldeanos o aldeanas que defienden el honor de aldeanas
aldeanas que defienden el honor de un club ante cualquier rival capaz de escoger a las once mejores personas de entre más de siete mil millones. “Everybody else chose to be Goliath, while we chose to be David”. Elegimos ser David cuando todos querían ser Goliat. “It’s like watching your local team play a game in the Champions League”, es como ver a tu equipo local jugar en la Champions League, nos decía Thomas, nuestro aficionado británico, al reflexionar sobre el mérito del Athletic en un fútbol como el actual.
Una filosofía que en la actualidad no tendría cabida, “hoy iniciar este proceso sería implanteable como origen”, comentaba Mikel Martínez sobre el lugar de esta en el fútbol moderno. Una filosofía que se basa en los jugadores de la tierra, pero que, en muchas ocasiones, esa definición no se observa tan fácilmente, suscitando diversas opiniones entre el aficionado rojiblanco. Unas opiniones que giran en torno a la
Tifo desplegado en San Mamés durante los cuartos de la Copa 21/22. | Fuente: Twitter
la amplitud de esa filosofía, en cuanto a, por ejemplo, qué jugadores pueden considerarse como futbolistas formados en el País Vasco, aunque estos no hayan nacido ahí. Dudas u opiniones que parecen aflorar cuando el equipo atraviesa un momento de debilidad o cuando se acerca el mercado de fichajes, pero que, sin embargo, en ningún momento consiguen hacerles superar ese punto de no retorno. Para todas y todos los que se identifican con la palabra Athletic, la continuidad de la filosofía es incuestionable, “desaparece el Athletic antes de que cambiemos de filosofía”, nos decía Toni, Secretario de la Peña Gainza de Minglanilla.
En un fútbol en el que los clubes se gastan millones por fichar a un único jugador, en un fútbol donde las marcas invierten miles de millones por poner sus nombres en las camisetas de los clubes
más top o donde el dinero prima por encima de los derechos humanos, desde Japón, a más de diez mil kilómetros de Bilbao, “Athletic is Athletic. We don’t need to change, we need to understand
Athletic’s philosophy and its history, not everything is losing or winning in a final. We don’t need money”, el Athletic es el Athletic, nos decía Masami, Presidente de la peña japonesa, desde su particular Txoko en Tokio, no necesitamos cambiar, necesitamos entender la filosofía del Athletic y su historia, no todo es ganar o perder en una final. Nosotros no necesitamos el dinero. El Athletic va más allá, viene a decirnos Masami, un pequeño islote en mitad de un inmenso océano del que se siente orgulloso de pertenecer.
Fruto de esa necesidad de subsistir en un panorama tan poco propicio para el Athletic, en 1971 se inauguraron las famosas instalaciones deportivas de Lezama. Un recinto deportivo concebido para formar y diseñar a los mejores jugadores de origen vasco, algo de lo que se ha
aprovechado el club bilbaíno, pero que también han sabido valorar los distintos equipos que han pasado por la Primera División desde que Lezama fue inaugurada.
Desde el país que dio origen al fútbol que conocemos hoy en día, Thomas reflexionaba sobre la necesidad imperante en la actualidad de fichar a los mejores jugadores del mundo, cuesten lo que cuesten. Sin embargo, nuestro aficionado británico exponía que unos campos de entrenamiento como los de Lezama son fundamentales para un club como el Athletic. Si para cualquier club son importantes, para uno que prácticamente solo se nutre de los jugadores que salen de ellos, son vitales. Ante esta situación, Thomas apuntaba una gran idea sobre el posible camino que debería seguir el club vasco: si no puedes fichar a los mejores jugadores, créalos tú.
En el Athletic, es algo que tienen claro. Desde el Palacio de Ibaigane, sede social del club y lugar en el que se toman las decisiones que influyen en el devenir del Athletic, el vicepresidente Mikel Martínez afirmaba con rotundidad que “Lezama es la base de los primeros equipos, masculino y femenino, y para que estos rindan, el trabajo que se realiza ahí es primordial. Nuestros fichajes están en Lezama y todo lo que hagamos por potenciar y mejorar Lezama será positivo para los primeros equipos”.
Hasta 8 jugadores se han promocionado al primer equipo masculino desde el Bilbao Athletic en los dos últimos años. Cifras muy positivas que hablan de la implicación, no solo de la directiva actual, sino también de las anteriores. Sin embargo, en línea con esto, entre el aficionado rojiblanco también aparecen algunas críticas hacia lo que creen que va en contra de sacar el máximo rendimiento a Lezama. Ángel Leché, desde la peña del Athletic en Almuñécar ponía voz a los comentarios de una buena parte del aficionado rojiblanco:
Si en los 70, cuando se fundó, Lezama ya era importante, con vistas a un futuro en el que parece que nada va a evitar que este fútbol continúe alejándose de su esencia, la cantera del Athletic va a ser de máxima importancia para la subsistencia del club. Un futuro que, para Gaizka Atxa, Presidente de la peña Mr Pentland Club de Reino Unido, presenta dos alternativas.
Por un lado, un futuro en el que los clubes más top logren, de una manera u otra, crear esa Superliga en la que el resto, entre ellos el Athletic, se conviertan en equipos cantera para suplir de jugadores a los miembros de esa competición. Una competición que se permitiría pagar grandes cantidades de dinero para contar con los mejores jugadores y que borraría el prestigio de las ligas domésticas.
Si esto no sucede, apunta Gaizka, en un fútbol en el que las transferencias multimillonarias seguirán a la orden del día, los contratos de los jugadores serán fundamentales para retener a los futbolistas con talento que salgan de Lezama. Si el sueldo de los jugadores ya es causante de muchas de las discusiones que giran en torno al mundo del fútbol, en el Athletic, aún más. Unas críticas que suelen aparecer cuando sus futbolistas no rinden al nivel que se les espera. Un nivel, por cierto, que en muchas ocasiones no solo se mide por su calidad, sino también por el salario que perciben.
Tal y como vienen demostrando todos aquellos que forman parte del Athletic, institución, jugadores y aficionados, el club vasco se caracteriza por sus valores, unos valores que van más allá de lo deportivo y que le llevan a ser único en el mundo. Sin embargo, tan solo por el hecho de formar parte de este mundo del fútbol, no pueden abstraerse de todo lo que le rodea. “No hay nadie tonto en el mundo del fútbol, ni los equipos contrarios son tontos, ni el jugador es tonto. Si quieres mantenerles, les tienes que pagar como está el fútbol”, comentaba Dani acerca de esta situación.
Una conclusión a la que llegaban muchos de nuestros entrevistados. En este mundo en el que no solo los equipos de tu país, sino los de cualquier parte pueden venir y llevarse a tu jugador, para un club como el Athletic, retener a los buenos jugadores es imprescindible. Para ello, ideas como la que nos planteaba Gaizka pueden ser interesantes. Unos contratos por objetivos que además de proporcionarles estabilidad a largo plazo, también motivarían al jugador en el aspecto económico, ya que en función de su rendimiento, podrían ir cumpliendo los distintos objetivos que además de ir en favor del Athletic, les darían la posibilidad de aumentar su salario.
En
En un fútbol como el actual, en el que el dinero está por encima de todo, el Athletic trata de alejarse lo máximo posible marcando unas distancias que buscan mantener al club en su posición única en el mundo. Thomas, con estudios en economía y finanzas, nos hablaba así del papel del club bilbaíno en este fútbol negocio: “Athletic can remain standing against modern football by simply being able to not buy players and if it is necessary, just selling them”, el Athletic puede mantenerse en contra del fútbol moderno simplemente siendo capaz de no comprar jugadores y si es necesario, solo vendiéndolos.
Cuando cualquier club, tenga el presupuesto que tenga, puede fichar a cualquier jugador, en el Athletic se deben a su cantera y a los jugadores con talento que salen de ella. Para eso, sus valores entran aún más en juego para atraer y retener a todo aquel capacitado para dar lo máximo por los colores
Cuadro de José Ángel Iribar situado en la peña del Athletic en Almuñécar. Leyenda del club y máximo exponente de sus valores. | Fuente: realización propia.
rojiblancos, bien desde las gradas, bien desde el terreno de juego.
Son muchos los clubes que proclaman a los cuatro vientos aquello de Más que un club, pero a la hora de la verdad, son pocos los que lo demuestran. En el Athletic, institución, jugadores y afición, podrán ganar o perder, podrán estar incluso decepcionados con el desempeño del equipo, pero son un ejemplo constante de valores tan importantes para el fútbol, y para la vida, como el respeto, la deportividad y la superación. El Athletic va más allá, cualquier aficionado podría decir con orgullo también lo de Más que un club, pero incluso eso iría en contra de sus valores. El Athletic no es más que un club, el Athletic va más allá del fútbol, traspasa fronteras, no solo territoriales. El proyecto Aterpe o la Fundación Athletic Club son una verdadera muestra de ello.
Si
Más allá de ese amor por el Athletic y de esos sueños de llegar a jugar en San Mamés, el club vasco ofrece aquello que para un padre y una madre es básico para el futuro de sus hijos, una educación, una formación para la vida, más allá del fútbol y el deporte, “el Athletic no solo juega al fútbol, sino que intenta tener otro impacto y otra proyección en la sociedad”, nos trasmitía el vicepresidente del club. Unos principios que buscan la deportividad en el fútbol, pero que también forman personas.
En este sentido, el trabajo de la Fundación Athletic Club es un buen ejemplo de lo que nos decía Mikel, una organización que este año celebraba su veinte aniversario y de la que Goikoetxea forma parte como representante institucional. Una Fundación que a través del fútbol ayuda a miles de personas en todo el mundo, como los niños que aparecen en el vídeo situado junto a este texto, y que se desgana por sacar una sonrisa a niños, niñas, pero también padres y madres. Un Goiko emocionado nos contaba esto sobre uno de los últimos proyectos llamado batas rojiblancas:
Unos valores que atraen hacia el club a miles de personas en todo el mundo, no solo por el desarrollo deportivo del club vizcaíno, y que, nunca mejor dicho, valoran y destacan aquellos que desde su visión más neutral ven en el Athletic a un club ejemplar.
con ojos neutrales
Si no eres del Athletic, si eres forofo, seguidor, aficionado de cualquier otro club, incluso deporte, pero tienes algún conocimiento sobre fútbol, muy posiblemente sepas algo de lo que significa el Athletic y, muy posiblemente, ese algo sean su filosofía y su afición. Dos características fundamentales de las que ya hemos ido hablando.
A una persona neutral, sin acercamientos al Athletic, cuando se le menciona la palabra Athletic, sabe, aunque sea, describir, calificar lo que este club supone, no solo para todos los que forman parte de él, sino también para el mundo del fútbol y el deporte en general. Si hablamos de lo meramente deportivo, nuestro personaje neutral muy posiblemente describiría a la filosofía como única en el mundo. Y si sabe o conoce algo más de fútbol, la afición será otra parte que destacará lanzando adjetivos como amable, entendida, apasionada, educada, incluso loca.
Aunque seas neutral, los calificativos que se le ponen al Athletic no hacen más que engrandecer y poner en valor todo lo que el Athletic Club abarca. Sin embargo, para que esto no quede de suposiciones e imaginaciones, por qué no pasar del muy posiblemente, a las palabras y declaraciones de personajes futbolísticos como Vicente del Bosque, exseleccionador nacional, José Luis Guerrero, periodista del diario deportivo AS, y Endika Martínez, periodista para la cadena de televisión Gol TV.
“Un fenómeno inexplicable”, así describía Guerrero entre sorprendido y asombrado que tras más de 124 años de historia y 91 temporadas en Primera División, el Athletic siga siendo uno de los grandes de España. La filosofía de vida del Athletic es única en el mundo, pero no es única por ser un club que juegue con solo gente de su tierra. “Yo creo que habrá algún equipo más también de esas características, pero han sabido, y me parece muy loable, respetar esas ideas, esos principios. Si a los seguidores del Athletic les propusieran un cambio y salieran en votación, ganaría seguramente la situación actual”, comentaba Vicente del Bosque.
En España, por ejemplo, como comenta el exseleccionador, aunque sea de manera involuntaria, seguro que hay algún equipo de características similares. Sin embargo, la unicidad del Athletic reside en su capacidad para resistir y adaptarse a los cambios que de un tiempo a esta parte ha ido sufriendo el panorama futbolístico. Una capacidad de superación ejemplar amparada en el trabajo que día tras día realizan todos los miembros del club con el único objetivo de seguir ocupando un lugar exclusivo en un fútbol profesional cada vez más irreconocible.
Desde fuera, el Athletic también es inexplicable y por eso, es todo un ejemplo para cualquiera dentro del mundo del fútbol. “When people know about Athletic”, cuando la gente sabe del Athletic, nos comentaba Thomas acerca de la visión que tienen los británicos sobre el club vizcaíno, “they’ll tell you that it’s a real club, a proper club, a correct club, a club that does things in the correct way”, te dirán que es un club de verdad, formal, correcto, un club que hace las cosas de manera apropiada.
Un club en el que reflejarse que, además, no cierra sus puertas a nadie, como nos decía el vicepresidente Mikel Martínez. Antes de cada partido, nos contaba, en las reuniones y comidas que realizan los equipos directivos de ambos clubes sienten el cariño y la admiración de esos que ven en el Athletic un ejemplo a seguir, “los equipos recién ascendidos, o más pequeños estructuralmente, no digo deportivamente, nos preguntan, quieren ver Lezama. Yo creo que, sinceramente, nos valoran”. Un respeto que lleva recibiendo el Athletic desde hace muchos años.
En España, para equipos y aficiones, el Athletic guarda un gran valor. Un atractivo que traspasa fronteras, como veremos luego con sus aficionados, pero que también llega a clubes con largas trayectorias en el mundo del balompié internacional. Durante el pasado mes de marzo, la ECA (European Club Association – Asociación de Clubes Europeos) eligió a San Mamés para acoger un congreso sobre el fútbol de cantera. En este, representantes de 45 clubes del viejo continente debatieron acerca de la importancia del fútbol base en el que el Athletic se alzó como gran protagonista, no solo por ser el anfitrión del congreso.
Esta elección como sede del congreso sobre fútbol de cantera pareció ser premonitoria. Un mes más tarde, la UEFA nombró al Athletic como Mejor club profesional de fútbol base por la temporada 2021-2022. Un galardón que recibió el Athletic justo un año después de que Lezama celebrara su 50 aniversario y que premia la enorme labor que realiza el Athletic con su Programa Aterpe, un proyecto de referencia que va más allá de lo deportivo y que ofrece una enorme ayuda y protección a todos los niños y niñas que pasan por las instalaciones rojiblancas.
“Athletic Club has a good training programme for the children”, el Athletic tiene un buen programa de entrenamiento para los jóvenes nos contaba Akira, socio de la peña Athletic Tokiotarrak. “I know many Japanese trainers that have travelled to Lezama to study Athletic’s training method”, conozco a muchos entrenadores japoneses que han viajado hasta Lezama para estudiar el método de entrenamiento del Athletic. Una labor que en el fútbol actual es valorada por mucha gente, pero que, sin embargo, aquí en España, ciertos ámbitos que lo rodean se niegan a reconocer.
La industria del deporte, y en especial la del fútbol, se ha convertido en un auténtico espectáculo. Los clubes, como nos decía Toni, “parece que fichan porque deben lucir un cartel que venda entradas, que atraiga gente a sus estadios” porque el dinero, pensarán, atrae más dinero. Estas ganas de espectáculo generan, en muchas y muchas ocasiones, artículos, noticias, comentarios que buscan atacar, criticar y desacreditar el trabajo de un club como el Athletic. “Yo no las entiendo y soy un periodista de Madrid. Tiene mucho más mérito formar, criar jugadores de tu casa y de tu tierra que a golpe de talonario”, nos decía Guerrero desde la sede central del diario AS y, siguiendo en esta línea, esto nos comentaba Endika:
El periodismo deportivo, y aún más el dedicado al fútbol, también forma parte de este Show Bussiness del que nos habló José Luis Guerrero. Un deporte que trabaja por y para el espectáculo alejándolo de esa esencia que le ha llevado a ser el deporte rey. Sin embargo, el Athletic, una vez más, trata de separarse de todo ese lado negativo que va más allá de lo meramente deportivo. Una de las muchas razones por las que, para el Athletic, una victoria significa algo más, no son solo tres puntos, no solo es la clasificación para la siguiente ronda de la Copa del Rey, “es un mérito fantástico de un club que respeta unas señas de identidad y que lo lleva adelante con todas las consecuencias”, expresaba Vicente del Bosque. Es la confirmación de que aunque el mundo del fútbol trate de cerrar las puertas a los equipos modestos, siempre hay otras formas de entenderlo. Esto nos decía Guerrero:
Una reivindicación que se hace posible gracias al trabajo diario, pero también al respeto de unos valores que mantienen viva la llama de la esencia del Athletic. Unos valores que el club bilbaíno ha sabido utilizar como escudo para buscar el lado positivo de esta globalización.
Como nos decía el propio vicepresidente del club, “nuestros fichajes de invierno están en Lezama”, por ello, además de estar abiertos a que otros clubes conozcan las instalaciones y los sistemas de trabajo del Athletic, “nosotros también hemos ido a otras instituciones. Intercambiamos criterios con otras canteras, de cómo trabajan y nos traemos sus experiencias”. Una actitud que destacaba Vicente del Bosque al comparar el trabajo de la cantera de clubes históricos como el Athletic y el Real Madrid:
Si un jugador como Dani aplicó los valores del Athletic para nunca dejar de mejorar, aunque parecía haberlo logrado todo, el club no podía ser menos. Ante una situación de adversidad, el Athletic vuelve a sobreponerse porque lo lleva en la sangre, porque rendirse no entra en sus planes. “Yo creo que para adecuarse a ello tiene que trabajar desde las raíces de la cantera, desde el origen y desde esa esencia que le da esa distinción como club, esa diferenciación que tiene como club y que le permitirá llegar lejos”, una distinción, una esencia de la que nos habla Endika que para el Athletic guarda especial importancia.
“El éxito del Athletic durará lo que puedan mantener viva esa filosofía de, pues gente como Muniain, que sepan respetar, que sepan entender que al final en la vida se pierde muchas veces más que se gana”, una forma de vivir la vida de la que nos habla Guerrero que hasta en la consecución de títulos se ve reflejada.
Endika vivió de cerca la celebración de las recientes Supercopas de España conseguidas por el Athletic en 2015 y 2021. Aunque la última no se pudo celebrar en masa por la pandemia, aún recuerda las calles de Bilbao en agosto de 2015. Unas calles que tras más de treinta años volvían a vibrar cubiertas por miles y miles de camisetas rojiblancas venidas de todas partes. Así nos explicaba el valor que tienen victorias de este tipo para un club como el Athletic:
“Parte del éxito de la afición del Athletic”, decía Endika. Una afición que ha hecho del Athletic una parte de sí mismos. “El Athletic para los aficionados es una filosofía, una representación del orgullo de entender el fútbol y la vida de una manera”, expresaba Guerrero al reflexionar sobre el aficionado rojiblanco. Un club que no solo ha sabido conectar con la gente que le vio nacer, sino que ha sabido transmitir un mensaje, una forma de actuar, de vivir y de pensar más allá de sus fronteras. “La filosofía del Athletic es tan única que es universal”, afirmaba Guerrero.
Un club, una filosofía que también consigue atraer la atención y el respeto de aquellos que no ven en el Athletic a su primer equipo, o que incluso no son aficionados al fútbol. “Tú les cuentas sobre el Athletic, y aunque a veces no les enganches, tan siquiera respetan y admiran bastante la filosofía, es como, yo no comparto exactamente lo que propone el Athletic, pero qué valientes son y qué mérito tiene lo que hacen”, nos contaba Gaizka mostrándonos cuál es la percepción que tiene la gente mexicana al oír hablar del club zurrigorri.
Sin
Aunque la entidad bilbaína lleve más de 35 años sin ganar un gran título, “me imagino que molará más perder con gente de tu tierra que con cuatro que has fichado de Alemania, Inglaterra y Polonia”, manifestaba Guerrero poniendo voz objetiva y neutral a lo que se le pasa por la cabeza a cualquier athleticzale. Una reflexión a la que mucha gente, más allá del mundo del fútbol, también se suma y reconoce, tal y como se puede observar, y escuchar, en el tweet que hay junto a este texto, donde el cantante Manuel Carrasco, durante un concierto en Bilbao, sorprendió a su público con una canción muy especial.
Un club, el Athletic, que como nos dijeron sus exjugadores y leyendas, también suscita un especial
cariño en aquellos que no están ligados a él, como es el caso de nuestros protagonistas más neutrales. “Aunque no esté involucrado con el Athletic”, nos decía Guerrero, “me cae simpático porque de alguna manera mantiene esa concepción ideal del deporte que por otras cosas, que al final siempre son dinero, ha terminado contaminando esto”. Endika, por su parte, agradecía al Athletic el haberle permitido vivir grandes momentos dentro de su profesión, “uno cuando empieza a estudiar periodismo tiene referentes y sueña con llegar lo más lejos posible. Yo he tenido la fortuna de dedicarme al periodismo deportivo y el Athletic, a nivel profesional, ha supuesto un paso muy importante en mi carrera”.
Por último, para Vicente del Bosque, el Athletic es un club que siempre tendrá un hueco especial en su memoria y su corazón. Desde su casa de Madrid recordaba con cariño sus años de la infancia cuando un niño salmantino jugaba con sus amigos en el pequeño pueblo de Cabrerizos. Unos años en los que nos confesaba que “de pequeños, la mayoría de la gente de mi edad éramos del Athletic de Bilbao”. Un sentimiento y una afición por una camiseta rojiblanca que se vio sustituida por la del Real Madrid tras más de 30 años vinculado a la institución, pero que, como nos ha demostrado durante la entrevista, nunca ha dejado de motivar buenas palabras de parte del exseleccionador. Guerrero, Endika y Vicente: ¡Gracias!
aficionados de primera
Fuente: todas las imágenes son de realización propia.
En las calles de Bilbao se respira aire zurrigorri. Vayas por dónde vayas, balcones, coches, bares, tiendas, garajes, todos muestran con orgullo los colores rojiblancos. Como nos decía entre risas Emiliano Gabrielli, uno de los presidentes de los Leones Italianos, “ser de Bilbao y no ser del Athletic es como ir a una boda y no participar en el banquete. Lo uno va unido a lo otro." Sin embargo, a medida que la distancia a La Catedral va aumentando, ese sentimiento athleticzale parece ir disipándose... O no.
258 peñas oficiales fuera del País Vasco y 14 fuera de España vienen a contradecirlo. El Athletic no es un club de fútbol. El Athletic es un sentimiento, que como al campo, no se le pueden poner puertas. Una forma de entender la vida que traspasa fronteras nacionales, pero también internacionales. Un sentimiento muy profundo del que todos sus aficionados se sienten orgullosos. Da igual si eres de Bilbao o no, como dice la conocida frase, “los de Bilbao nacen donde quieren”. Da igual donde estés para que seas del Athletic, estés donde estés y seas de dónde seas, el sentimiento zurrigorri siempre estará presente.
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Un club único, en el mundo, debe tener una afición única, en el mundo. Así lo demuestran sus seguidores allá donde estén y así queda reflejado en varias encuestas realizadas en los últimos años. Cuando la falta de títulos podría empezar a cansar, en un momento en el que ganar lo significa todo, el Athletic, y su afición, vuelven a desviarse del camino lógico y normal.
La prestigiosa compañía de estudios para el ámbito
deportivo, Statista, confirmó algo que, como vamos a
comprobar ahora con las declaraciones de nuestros
aficionados, es indiscutible para todos ellos, que el
Athletic, pese a todo, y pese a todos, sigue siendo un grande. El Statista European Football Benchmark de 2021 situó al club vasco como cuarto equipo preferido por los futboleros
españoles, tan solo por detrás de Real Madrid, FC
Barcelona y Atlético de Madrid. Tras 124 años, el
Athletic sigue siendo uno de los grandes del fútbol
español, acompañado de una afición fiel e incondicional esté donde esté y hable el idioma que hable.
Para Dani, la afición del Athletic siempre fue un gran apoyo. Desde San Mamés recordaba con cariño y casi sin saber qué decir cómo la afición presente en el Insular de Las Palmas gritó y celebró el gol que anotó minutos antes del descanso. “Terrible, terrible, Las Palmas parecía San Mamés, fue impresionante” nos reconocía. Un zurdazo que levantó a los rojiblancos allí presentes y que sirvió para remontar el partido y encaminarlo hacia lo que terminó siendo la séptima Liga del Athletic. Ahora, muchos años después de su retirada, nos confesaba que le costó darse cuenta del valor que tiene una afición como la rojiblanca y que, sin miedo a reproches, nos contaba esto sobre los athleticzales más alejados de San Mamés:
“Estos son los del Athletic”, expresaba Dani, un comentario que en muchas ocasiones se lanza con un tono negativo y aires de superioridad, pero que es todo un orgullo para aquellos que lo recibían y reciben. Una situación única, como la del club bilbaíno, la que la mayoría de los aficionados lejos del País Vasco viven en sus pueblos y ciudades. Verdaderos ejemplos de todo lo que el Athletic representa por su lucha diaria a contracorriente de todo lo prestablecido por la irrupción de este fútbol moderno.
“Una forma diferente de entender el fútbol y la vida”, como nos decía Guerrero, una característica que hace que afición y club sean uno e indivisible. Como recordaba Emiliano citando al actor italiano Roberto Benigni, “hay algunas cosas que son como el arcoíris, es imposible separar los colores del arcoíris y si los separas, no llega a ser un arcoíris. Entonces yo digo que si tú separas el Athletic de la afición y a la afición del Athletic, cada uno ya no es lo que eran antes”.
Nuestros protagonistas exjugadores comentaban la importancia del público de San Mamés, una afición siempre calificada como entendida y que siempre ha sabido valorar el trabajo de sus jugadores sobre el terreno de juego. Sin embargo, para todos ellos, la afición lejos de Bilbao siempre ha sido motivo de orgullo. “Cuando hemos jugado por España y por Europa, siempre ha habido gente que ha acompañado al equipo. Era un orgullo ver a 1000, a 2000 personas que no eran de Vizcaya, que eran de otros lugares de España. Notar ese seguimiento hacia el Athletic siempre era bonito”, expresaba Goikoetxea.
Un apoyo incondicional y fundamental en momentos y temporadas tan importantes como las que disputaron nuestros protagonistas. Clemente, siempre calificado como un hombre frío y sin pelos en la lengua, al teléfono nos reconocía que para él, en lo personal, esos títulos no significaron mucho, que él se alegró por sus jugadores, pero también por el aficionado rojiblanco, “pienso que nuestro público es especial porque no tiene muchos títulos, no tenemos poderío económico, ni traemos grandes figuras. El público es el alma máter del equipo y por eso me llevé mucha alegría”.
Un público, una afición, unas peñas que como nos contaron ellos mismos, sueñan con poder desplazarse, sea donde sea, para ver a su Athletic. “No hace falta que una peña haga el 25 aniversario para que se junten un montonazo de gente. El único que puede juntar eso es el Athletic, sino, es imposible”, expresaba Goiko con una sonrisa, orgulloso de su afición.
Desde el club, ya lo estamos viendo con sus exjugadores, son conscientes del valor y la importancia de tener a aficionados rojiblancos en cualquier rincón del mundo. Por eso, desde la directiva que entró en 2018, con Aitor Elizegi a
la cabeza, han sentido la necesidad de volcarse con todos ellos y devolverles el cariño y aprecio que reciben en cada una de las salidas que realiza el equipo, “eso es una llama viva que nosotros intentamos corresponder de forma continuada”, nos comentaba el vicepresidente Mikel Martínez.
Un club que cuenta con un departamento dedicado exclusivamente a sus peñas, que mantiene el contacto con ellas de manera casi constante y que en los momentos más complicados, como los que hemos vivido estos últimos tiempos, siempre ha intentado echar una mano. “Hemos estado en contacto con el Presidente de la peña de La Palma y durante la pandemia hablamos con todos, con prácticamente todos los presidentes de todas las peñas”, decía Mikel. Una atención y una cercanía que ninguna peña con la que hemos hablado ha querido pasar por alto. “El Athletic con nosotros, cualquier Junta directiva se ha portado bien y fíjate tú, descubrir que cuando vamos a jugar una final de Copa nos van a tocar dos entradas por ser peña oficial. Esto en Italia no pasa”, nos contaba Emiliano.
Un cuidado que desde La Catedral tratan de reconocer cada vez que una peña se acerca hasta el santuario, como nos decía Mikel, “la gente es muy forofa, somos muy forofos y entonces las Peñas, venir al santuario, sobre todo para la gente que no le conoce, es para desmayarse”. Una visita que no queda ahí, sino que como también nos recordaba Endika, en cada partido en San Mamés, antes de que comience el encuentro, a través de la megafonía se anuncian las peñas que están en el estadio para ofrecerles un gran aplauso.
El aplauso de una parte de la afición rojiblanca que trata de mostrar el orgullo y el respeto que siente
sienten por todos aquellos que vibran y sienten, como ellos, la pasión zurrigorri, pero a cientos y miles de kilómetros. A la salida de San Mamés, así se expresaban algunos seguidores vascos:
Dani
Dani intentaba narrarnos antes la emoción que sintió al ver cómo una señora muy mayor pedía que le diese la mano durante la celebración de los títulos de los 80. Un sentimiento y una emoción que descubriremos y viviremos en primera persona gracias a las declaraciones de los aficionados de tres peñas españolas y de otras tres internacionales.
Gráfico con los equipos preferidos de los futboleros españoles. | Fuente: Statista
y tú, ¿por qué eres del athletic?
Yo a mi niño lo estoy haciendo del Athletic, pero por una forma de vida, porque en la vida no todo es ganar
Echu Leché
“Fuera del País Vasco, ser del Athletic no es que sea extraño, sino chocante”, así de rotundo se expresaba Toni cuando le preguntábamos por su afición al club bilbaíno. Salvo aquellos del Real Madrid y del Barça, encontrar aficionados al Betis en Madrid o al Celta en Valencia es extraño, igual que podría parecer extraño encontrar seguidores del Athletic en Cuenca, Granada y Madrid, o incluso más allá de nuestras fronteras, como en Italia, Inglaterra y Japón. Sin embargo, si algo ha caracterizado al fútbol, es que es un deporte de emociones, de senti
sentimientos irracionales. Todas las aficiones tienen su punto diferente, especial, que las caracteriza y la del Athletic no podía ser menos.
La globalización llegada al mundo del fútbol, la sociedad vasca que dio origen al club y su especial filosofía de vida, junto a los buenos resultados conseguidos con ella, son las principales causas que hacen que se viva intensamente la pasión por el Athletic en España y fuera de España. Una pasión transmitida de padres y madres a hijos e hijas y que como hemos comprobado, de extraña tiene poco.
La apertura de fronteras fue muy negativa para los rojiblancos, sin embargo, como vimos antes, de ella también han sabido aprovecharse, captando ideas interesantes para mejorar el trabajo en Lezama. Pero no se queda ahí, a la hora de atraer, directa o indirectamente, a gente hacia el equipo, también ha sido un impulso muy importante. La emigración de personas procedentes del País Vasco hacia otros puntos de España y del mundo significó y significa que con ellos también viaja su afición por los colores rojiblancos. Unos vascos que se asentaron en multitud de ciudades y países y que desde ahí iniciaron una nueva vida, transmitiendo de generación en generación la pasión por el Athletic.
Este es el caso de nuestros aficionados Carlos Sánchez de Madrid y Echu y Ángel Leché de Granada. Desde el municipio madrileño de El Escorial, la madre de Carlos, de origen vasco, le acercó al sentimiento zurrigorri desde pequeño. Por su parte, en la ciudad costera de Almuñécar, el padre de Echu y Ángel, procedente de Sestao, les inculcó el cariño por el club bilbaíno. Una afición que años después, cuando la razón se apoderó de ellos, continuaron sin dudarlo un segundo y refundaron la única Peña del Athletic en Granada, una peña de la que también formó parte su padre en su primera etapa y que denominaron en 2014 como Peña Athletic Club Almuñécar 100% Rojiblanca. Con la sonrisa de un crío, así recordaba Ángel cómo surgió y fue creciendo su pasión por el Athletic:
En el barrio, Carlos era diferente al resto. Cuando jugaba por las calles de El Escorial y le preguntaban de qué equipo era, sin ninguna duda, él respondía, “pues del Athletic”. Un sentimiento que con el paso de los años fue creciendo y que, tras formar una familia, consiguió transmitir a dos de las tres mujeres que forman parte de ella, su mujer y su hija mayor, “a mi hija pequeña no le gusta el fútbol, pero de cuatro, tres somos del Athletic” comentaba sonriente. Una labor que también hicieron suya los padres de otros dos de nuestros protagonistas, Antonio Ventero y Toni Chavarrías.
Antonio Ventero junto a su querida txapela del Athletic. | Fuente: realización propia.
Antonio, como Carlos, nació en El Escorial y ambos forman parte de la Peña Athletic Dani El Escorial. Sin orígenes vascos, el padre de Antonio quiso que su hijo disfrutara, como él, de un club como el Athletic. Sin embargo, en una época en la que los viajes de larga distancia eran muy poco frecuentes, el hecho de vivir cerca de la capital permitió al joven Antonio vivir su primer partido del Athletic. “Con 8 años, mi padre me llevó al Estadio Metropolitano, cuando por aquella época estaba en la calle Reina Victoria, a ver el partido del Atlético de Madrid con el Athletic”, recordaba Antonio.
Un punto de inflexión que le hizo seguir con la afición que le había contagiado su padre, pero que, con sus hijos, no ha podido seguir el mismo camino. “En cuanto a la afición, todos ellos son diferentes, han vivido momentos distintos a los que vivimos nosotros. Ha sido más difícil”. Una espinita que mientras hablaba con nosotros se notaba que se le había quedado clavada, pero que, por suerte y como seguiremos comprobando, es la excepción que confirma la regla.
Toni Chavarrías, desde Minglanilla (Cuenca), “yo he mamado en mi casa al Athletic desde que nací”. Su padre fue durante más de 30 años el Secretario de la Peña Gainza de Minglanilla y en su casa recibían todo tipo de documentos dirigidos a la peña y vinculados con la actualidad del club bilbaíno. Sin embargo, como él mismo nos decía, “no es algo que yo decidiera, pero cuando fui creciendo, conecté con él”. El caso de Toni, y el de muchos de los aficionados rojiblancos que viven en este pequeño pueblo conquense, es muy similar al de nuestros anteriores protagonistas.
“Aquí en Minglanilla”, nos contaba Toni, “hay muchos Chavarrías, pero Chavarrías es un apellido de origen vasco, que posiblemente sea una derivación de Etxeberria y Etxebarria”. Una reflexión muy interesante la que nos proponía, ya que podría explicar la gran afición existente en Minglanilla desde los años 30. “Unos genes vascos que indudablemente influyeron en familias como la mía” y que dieron lugar a la fundación de la peña en 1950.
Esta, como decíamos antes, no es una situación que solo se produzca en España. También va más allá de nuestras fronteras como nos contó el actual Presidente y uno de los cuatro fundadores de la peña inglesa del Athletic, la Peña Mr Pentland Club. Gaizka Atxa nació en México, pero aunque todo el mundo le conoce así, su nombre real es otro. Así nos explicó el motivo que le llevó a hacerse conocer por otro nombre y a aficionarse al equipo vasco:
Su apellido le llevó a conocer la sociedad vasca y a partir de ella, al Athletic y su filosofía. Una filosofía que como nos contó Gaizka, recuerda a la del Chivas de Guadalajara, un club mexicano que desde que se fundó solo juega con jugadores de su país. Sin embargo, la filosofía del Athletic es aún más especial y no solo le enamoró hasta el punto de hacerse conocer como Gaizka Atxa, sino que desde entonces es una parte más de su forma de ser, de su estilo de vida, algo de lo que sus padres se sienten muy orgullosos. “Mis padres han visto en primera persona que esta afición por el Athletic es algo bonito. Han visto que me he aventurado, que he hecho amigos en Europa, que he madurado y que, a nivel personal, este hobby me ha hecho una buena persona”. Una filosofía ejemplificada en los ídolos de nuestros siguientes protagonistas.
Desde Salobreña, Granada, Antonio Navas sigue disfrutando de su Athletic como un niño. Aunque conocido popularmente como Dani, por ser un gran fan de Dani Ruiz Bazán, no fue él quien le llevó hacia el conjunto vasco. “En el Athletic jugaba un portero, José Ángel Iribar Kortajarena, de él me vino todo, del portero del Athletic de Bilbao”. A Antonio, Iribar le cambió la vida.
Como Carlos, Antonio era el único que destacaba entre su grupo de amigos, “mis amigos eran todos del Madrid, pero todo, todo mi barrio era del Madrid”. Sin embargo, ‘el bilbaíno’, como empezaron a llamarle, nunca dejó de mostrar su afición por los rojiblancos. Una pasión que le ha llevado a que en la actualidad atesore un precioso y emotivo museo en el que se pueden ver cientos de fotos recopiladas a lo largo de toda una vida y que junto a ellas, además de todo tipo de artículos rojiblancos, Antonio cuenta con más de 2300 pines procedentes de las distintas peñas del Athletic. Un museo que sigue en proceso de construcción y que como nos confesaba, “aún guardo muchas cosas en carpetas y cajones, se me está quedando pequeño”.
Fuente: todas las imágenes son de realización propia.
En Italia, como a Antonio, otro jugador llevó a que un fan de la Juve cambiara los colores bianconeros por los rojiblancos. A Emiliano, Julen Guerrero le abrió la puerta al mundo del Athletic. Un mundo del que algo sabía, puesto que lo había visto en la final de la UEFA en el 77 contra la Juventus. Sin embargo, en ese momento nunca imaginó todo lo que el Athletic terminaría influyendo en su vida. “Con la Juve conseguí muchos títulos y aquí he visto a Italia Campeona del Mundo en dos ocasiones, pero a mí el único que me ha hecho llorar ha sido el Athletic” nos transmitía Emiliano.
Tras ser presidente único, en la actualidad forma parte del Triunvirato que dirige la Peña Leones Italianos. Un cargo que nos confesaba supone un gran esfuerzo, “pero que cuándo algo te apasiona, dejas de verlo como un trabajo”. Un comentario y una actitud la de Emiliano que no hace más que demostrar un sentimiento del que se siente orgulloso cuando responde que él es del Athletic. Un club con unos valores que son parte de su día a día y que, como a Gaizka, le han hecho mejor persona. Un estilo de vida que trata de transmitir a su hijo que juega al fútbol en Turín:
Unos valores que llegaron al Athletic desde la sociedad vasca, pero que gracias a él han viajado, viajan y viajarán miles y miles de kilómetros formando la gran familia rojiblanca. Una sociedad que recibe con los brazos abiertos a cualquiera que se acerca a ellos y que abre sus puertas sin pensárselo un segundo, “su amistad no se compra, esa amistad te la ofrecen sin pedir nada a cambio”, nos decía Antonio Ventero recordando sus primeros viajes a Bilbao.
Desde Japón, Masami Murakami, fundador de la peña, y Akira Kogure, son socios de la peña Athletic Tokiotarrak. A inicios del siglo XXI viajaron al País Vasco, a Bilbao, por trabajo. Allí, en apenas unos meses, ambos nos confesaron que los trabajadores locales consiguieron hacerles sentir como uno más y que de compañeros de trabajo, “we become friends”, nos hicimos amigos, nos decía Masami. “They invited me to their houses for lunch or dinner”, me invitaron a sus casas a comer o cenar. “I went to 40 or 50 countries for the job, more than 100 cities”, he ido a 40 o 50 países por trabajo, a más de 100 ciudades, “and I met many local workers, but Basque people are the best for us”, y he conocido a muchos trabajadores locales, pero los vascos son los mejores para nosotros, contaba Masami.
Una experiencia y unas personas que les inculcaron el amor por el Athletic como camino para seguir unidos a ellos pese a la distancia. “I’m proud to support Athletic Club here, because it’s a very good opportunity to keep a connection with Bilbao and its people”, estoy orgulloso de apoyar al Athletic desde aquí, explicaba Akira, es una gran oportunidad para mantener una conexión con Bilbao y su gente. Un vínculo que desde que apareció por casualidad, nos contaba emocionado, le ha cambiado hasta el punto de verse influenciado por él en muchos ámbitos de su vida. Así trataba de explicárnoslo:
Más de 10.000 kilómetros separan Bilbao de Tokio. Sin embargo, Akira, desde su casa, desde el Txoco
Txoko de la peña, desde cualquier sitio, muestra el enorme cariño que siente por el Athletic. Un cariño hacia un club que ha influido en su vida y que comparte con su mujer y su hija. Una niña que, como su padre, siente, vive y se emociona con unos colores rojiblancos. Los colores de un equipo que le ha llevado a aprenderse con tan solo 7 años una parte de su himno en euskera y que, junto a su familia, recita con una sonrisa frente al móvil de un padre orgulloso.
Fotografía de la familia de Akira Kogure con su mujer, también con la camiseta del Athletic, y su hija. | Fuente: cedida por Akira Kogure.
emoción a flor de piel
A nivel emotivo, no hay comparación con lo que deja el Athletic en la gente que se acerca a él
Emiliano Gabrielli
Fachada del Antiguo San Mamés al final de la Calle Pozas. | Fuente: realización propia.
En la vida, todo son primeras veces. Cada mañana, desde que nos levantamos, un nuevo día se abre a nuestro paso, lleno de experiencias más o menos interesantes, divertidas o aburridas. Sin embargo, cuando un día, por primera vez, sucede algo que te cambia para siempre, ese dí
día queda en tu recuerdo inevitablemente. Eso exactamente fue lo que les ocurrió a todos nuestros protagonistas la primera vez que al final de la Calle Pozas vieron cómo se imponía ante ellos el gran escudo de su Athletic Club dibujado sobre La Catedral.
En Bilbao, los aficionados al Athletic tienen la oportunidad de disfrutar del día a día del club, de vivir cada dos semanas un partido de su equipo rodeado de toda su cuadrilla. Sin embargo, los miles de athleticzales que desde lejos sienten la pasión por los colores rojiblancos, nunca olvidan esa primera vez. El fútbol es un deporte de emociones, ya nos lo decía Vicente del Bosque, pero para los del Athletic es algo más. Para ser del Athletic, tienes que sentirlo porque llega muy adentro.
Recorriendo España de punta a punta, con 28 años, Antonio Navas viajó de Granada a Bilbao para vivir por primera vez en San Mamés un partido del Athletic. Un encuentro que nunca olvidará, disputado contra el Real Valladolid y que, por supuesto, fue “muy, muy diferente” a los partidos que había estado siguiendo desde su casa. Un recuerdo inolvidable que queda marcado a fuego en la cabeza de todos los zurrigorris.
21 de marzo de 2004, el día que en partido oficial Emiliano vio por primera vez al equipo que llevaba siguiendo muchos años desde Turín. Ese día, junto a otros cuatro italianos, Emiliano se sentó en las gradas de La Catedral para vivir un Athletic Club 3 – Real Madrid 2. Un partido grabado en su mente minuto a minuto. Un partido del que recuerda cada sonido, cada grito, cada cántico. Cánticos como Beste Bat (Otro más), que fueron las dos primeras palabras que aprendió en euskera, mientras oía y sentía como temblaba San Mamés con el gol de Asier del Horno que dio la victoria al Athletic.
Unas primeras veces que, sean de lo que sean, suelen ser inolvidables, pero que si las vives siendo un crío, marcan un antes y un después en tu vida. Es el caso de Toni Chavarrías. Desde Minglanilla, con apenas 14 años, el 29 de junio de 1973 Toni vivió junto a miles de aficionados del Athletic su primer partido en vivo y en directo. Ese día viajó hasta Madrid, al Estadio Vicente Calderón donde se jugaba la Final de la Copa del Rey entre el Castellón y el Athletic. Así lo recordaba Toni:
Si es tu primera vez viendo al Athletic, y encima gana, como dice Toni, es un momento indescriptible. Las victorias siempre son importantes porque, por ejemplo, como nos dice Simone, “en nuestro caso, cada victoria ayuda a que el Athletic se dé a conocer en otras partes de Italia”. Sin embargo, “para mí, cada victoria del Athletic en principio no contaría nada, yo seguiría con el Athletic ganador o perdedor”, explica Simone. Para los rojiblancos, ganar o perder no lo es todo, el sentimiento por el Athletic va más allá.
Esta es también la visión de nuestro aficionado mexicano. Tanto para Gaizka, como para el equipo y el club, la exigencia siempre es máxima, “pero el hecho de que el Athletic salte al campo semana tras semana a competir en la Primera División, para mí ya es un triunfo fantástico que mucha gente tal vez no le da el valor que tiene”. Sin embargo, como continúa diciendo, “sabemos que tenemos menos recursos, pero eso no significa que tengamos que perder los partidos, tienen que luchar, enseñar la garra y sacar los partidos adelante”. Luego, el resultado podrá ser mejor o peor, pero como le dice Emiliano a su hijo, “tú ya lo has dado todo”.
Los aficionados del Athletic saben de esa inestabilidad, de esa irregularidad que genera una filosofía como la del club vasco. En cambio, en los momentos en los que sus jugadores rinden al máximo, cuando la calidad se suma a la lucha y la entrega, también saben que son capaces de superar a cualquier rival, por muy difícil que esté la situación. Las tres últimas ediciones de la Copa del Rey y las dos de Supercopa de España disputadas por el Athletic son un gran ejemplo de una actitud, de unos valores importantísimos en el deporte, pero también en la vida. De estas competiciones, una de ellas y, en especial, un partido, quedó en el recuerdo de tres de nuestros entrevistados.
Después de eliminar a Tenerife y Elche en penaltis y al FC Barcelona en el tiempo añadido de la segunda parte, en marzo de 2020, el Athletic llegaba a unas semifinales de Copa tras 5 años. En estas, los vascos se enfrentaron al Granada y tras el partido de la Ida en San Mamés, llegaban al Nuevo Los Cármenes con un resultado favorable de 1-0. Una noche en la que hasta los últimos 15 minutos de partido, el equipo parecía no estar jugando. Sin embargo, el león volvió a resurgir para poner los corazones rojiblancos patas arriba, para poner las emociones a flor de piel. Así recordaban como si fuera ayer nuestros aficionados granadinos el partido que les elevó al séptimo cielo:
Seguir al Athletic es un deporte de riesgo, una montaña rusa de emociones en la que puedes pasar del éxtasis por remontar un partido que te clasifica a una final de Copa, a la más profunda y dura realidad, como recordaba Carlos cuando se les atragantó la merienda que con mucha ilusión habían preparado en las horas previas a la final de la Europa League de 2012. Sin embargo, los athleticzales, de la misma manera que el club y sus jugadores, siempre, siempre se levantan. El Athletic no se rinde y pase lo que pase, todos, sin excepción, volverán a prepararse para llevar al club a lo más alto.
En
En la actualidad, estés donde estés, seguir al Athletic es relativamente sencillo, así nos lo han demostrado nuestros rojiblancos más lejanos como Masami o Akira, que nos comentaban que gracias a plataformas como DAZN pueden seguir los partidos del equipo. Sin embargo, en el pasado, lejos de Bilbao y del País Vasco, aunque estando en España, era muy complicado seguir la actualidad del Athletic. Por eso, José, uno de nuestros entrevistados con más experiencia, desde Minglanilla nos decía que ellos se las apañaban como podían, “pues lo seguíamos po
Páginas de algunos periódicos antiguos colgados en la pared de la sede de la Peña Gainza de Minglanilla. | Fuente: realización propia.
por la prensa que recibían algunos del pueblo, el Presidente y el Secretario de la peña, que por aquel entonces era el padre de Toni, y también por la radio, que nos reuníamos para escuchar los partidos”.
Unas reuniones que no solo en la Peña Gainza de Minglanilla se han producido, sino que todos nuestros peñistas contaban que vivir un partido, a cientos o miles de kilómetros de Bilbao, pero
rodeados de tantos apasionados como ellos es una experiencia irrepetible. Reuniones en las que los cánticos, los gritos y el apoyo de todos los asistentes conseguían crear un pequeño San Mamés allí donde estuvieran y de las que podéis conocer algo más a través de la galería situada a la izquierda.
Así recordaba Akira desde Tokio esas reuniones que desde que empezó la pandemia no han podido repetir, pero que desean volver a hacer cuanto antes. “We called players, when we get a goal, we shouted yeeeah, we sang songs or Athletic hymn. We try for our Txoko to get close to the atmosphere of San Mamés”. Apoyamos a lo
los jugadores, cuando conseguimos un gol, gritamos, cantamos canciones o el himno del Athletic. Intentamos que nuestro Txoko se parezca al ambiente de San Mamés.
De la misma manera, Gaizka nos contaba lo que significaba para él, un mexicano viviendo en Londres, vivir un partido del Athletic con los que él mismo consideraba que eran sus amigos, a los cuáles había conocido gracias a su mutua pasión por el club vasco:
Esos partidos de los que habla Gaizka, en los que en lugar de diez, se reunían 400 en un Pub de Londres, son encuentros importantes. Partidos que atraen a athleticzales, pero también a cualquier aficionado neutral. Sin embargo, la pasión y el sentimiento por el Athletic es tan profundo en sus seguidores que sea el partido que sea, en las horas previas comienzan a sentir ese cosquilleo que te recorre el cuerpo cuando algo que te importa está a punto de suceder.
Cuando aparecen esos nervios, nos contaban nuestros entrevistados, la búsqueda de algo que los calme es prácticamente imposible. Algunos como Antonio y Carlos desde El Escorial nos decían que ellos simplemente confían en los jugadores. En cambio, otros necesitan de esas pequeñas acciones que les ayudan a aliviar la tensión, la presión que aparece los minutos antes de un encuentro del Athletic.
Akira, por ejemplo, nos contaba que “when Athletic has an important match, I also ask the Japanese God to win the game”, cuando el Athletic tiene un partido importante, le pido al Dios japonés una victoria. Una acción que pasa a formar parte de su rutina diaria y que coloca al nivel de otros aspectos de su vida que para él guardan la misma importancia.
Otros, como Ángel en Almuñécar, nos decía que “los días de partido grande son complicados”. Unos nervios que van en aumento a medida que la hora del partido se acerca y “pues a veces me cojo la pulsera con la que siempre hemos ganado o la bufanda con la que no hemos perdido”. “Pequeñas tonterías”, nos dice riéndose, porque sabe que esas manías no van a hacer que el resultado cambie, pero que aun así las hace “porque me recuerdan a algo bonito o para que nos dé suerte en los partidos decisivos”.
Tensión, nervios, presión, ganas de no comer. Consecuencias de la gran implicación de los aficionados al Athletic que desde lejos sufren con el equipo de sus amores. Una implicación que como veremos a continuación llega muy, muy adentro y que convierte al Athletic en una de las cosas más bonitas de sus vidas.
Y para ti, ¿qué es el athletic?
Desde la sede de la Peña más antigua del Athletic, Toni se quedó sin palabras por un segundo. No sabía cómo responder a una pregunta tan breve, pero tan complicada a la vez. “Si me das un segundo”, nos decía interrumpiendo la entrevista, “voy a por un texto que escribí para el congreso internacional de peñas que celebramos aquí en Minglanilla y te lo leo”. Así lo hizo y así nos lo contó.
Cuando tengo una mala semana, si el domingo gana el Athletic, me cambia la vida
Emiliano Gabrielli
El Athletic, un club de fútbol fundado oficialmente en 1898, con orígenes ingleses, que un día decidió ser diferente para jugar con orgullo con la gente que le vio nacer. Unos colores, que como los de los glóbulos que recorren nuestra sangre, llegan directos al corazón. Un club que no conoce fronteras territoriales, pero tampoco emocionales.
Un club de fútbol, sí.
Once jugadoras y jugadores que vestidos con una camiseta a rayas rojas y blancas corren detrás de una pelotita, sí.
Por supuesto que sí. Pero el Athletic es algo más. Va más allá. El Athletic es inexplicable.
El Athletic, un club sin fronteras.
¡Gracias! Thank you! Grazie! Arigato Gozaimasu!
(A la izquierda) Simone con una bufanda de la peña Leones Italianos durante la celebración del XX Aniversario en San Mamés. | Fuente: cedida por Simone.
El Athletic nos gusta a la gente porque solo juega con gente de dentro, pero por las consecuencias que esto conlleva
Simone Bertelegni
Cuadro collage de imágenes de Dani Ruiz Bazán, regalado por él mismo a la Peña Gainza de Minglanilla. | Fuente: realización propia.
Lo que siempre ha valorado la afición es que el jugador salga y se deje la piel en el campo
Dani Ruiz Bazán
Desdramatizan las derrotas en aras de lo que es el cariño y el aprecio hacia un club
Vicente del Bosque
Vicente del Bosque durante la entrevista concedida para este reportaje. | Fuente: realización propia.